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Construcción de la personalidad y moda

El mundo joven requiere de ciertas identificaciones a medida que avanza en la conformación de la personalidad, lo que conlleva un camino de idas y vueltas, de cambio permanente. Podemos decir que la personalidad es algo que nunca termina de conformarse, pero que también, requiere de una apuesta por parte de la persona. Sin esto último, lo que prevalece es repetición y, por ende, mayor patología.


Se requiere de cierto componente creativo para poder “recrearse”, para apropiarse del cuerpo. La moda constituye una posibilidad entre otras. Esta es necesariamente inventiva y va a permitir una opción más para que la persona pueda hallarse sin ser, simplemente, una repetición de su entorno.

La moda, así, como subrogado del arte supone un recurso contemporáneo del que se sirve gran parte de la sociedad para hacerse un nombre, y diferenciarse. Claro que la misma constituye un fenómeno social que implica cierta imitación, pero está en cada quien poder tomar y hacer con ello algo único y diferente. Las elecciones dentro de este ámbito favorecen a la construcción de una imagen a la cual el sujeto se identifica y desde la cual pueda observarse y reconocerse. Es en estas elecciones que hacen a la personalidad de cada quien, en donde encontramos lo que podríamos denominar como la marca subjetiva de la moda. Lo que, a su vez, renueva las posibilidades y prototipos dentro de este mundo imaginario. Son aquellas mentes creativas, rebeldes las que imponen criterios frescos y permiten su continuidad.


La moda es una vertiente del arte y el arte lleva consigo la marca de la creatividad y, por lo tanto, de la subjetividad. Cuando hablamos de subjetividad hablamos de un sujeto singular e irrepetible. Hablamos de la elección de una posición que tiene como referente deseos propios.


Por: Lic. Maria José Carballeira

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