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Dior Dream Parade

Esta tarde, en el Museé Rodin, Dior presentó la colección Primavera – Verano de Alta Costura. Esta vez Maria Grazia Chiuri se inspiró en el tradicional circo moderno, lugar que estimuló la imaginación de muchos artistas y diseñadores con sus extravagancias, rarezas y fantasías.



En este caos visual, Chiuri, encuentra el punto de partida hacia una colección que permite explotar al máximo la imaginación y que evoca a la memoria emotiva del espectador. Dior Dream Parade hace un hincapié, sobre todo, en la experiencia visual que genera la superposición de imágenes: la piel tatuada de la mujer, que recuerda el circo victoriano y sus fenómeno, se convierte en una combinación de patrones maravillosos que dan forma al cuerpo y cuentan una historia para usar debajo de los vestidos.


La colección entera evoca a los códigos del circo, los colores desgastados y casi polvorientos, (efecto logrado a partir de la escenografía), los tutús, los rombos, los cuellos exagerados y voluminosos junto con el makeup y el peinado, hacen una referencia muy clara a el clown, a la comedia, a la acrobacia y al espectáculo. La diseñadora no dejó a ningún personaje afuera de este circo, todos aparecieron en su debido momento, las bailarinas en vestidos de tul, los payasos en camisas con cuellos y volados, arlequines en faldas a rombos y lentejuelas, etc. Así también fue el momento de los jinetes y domadores quienes trajeron un aire masculino a la pasarela que consistió en prendas de sastrería como el frac de gran pie, la levita, chaquetas con dos hileras de abotonadura y los pantalones de tiro alto. Como novedad Maria Grazia introdujo a la Alta Costura los pantalones cortos, debajo de faldones, conformando una monoprenda o como parte inferior de un ambo.


Ahora bien, si nos centramos en lo que fue el show, podemos afirmar que fue una tarde perfecta. Dior nos regaló el espectáculo circense mejor logrado de los últimos años. Cada detalle estuvo cuidado y abordado con un tratamiento minucioso: la puesta en escena se destacó y acompañó con elegancia a la pasada de los nuevos diseños de la marca. La típica tienda o carpa de circo con suelo de arena y luces colgantes no sólo fue escenario para el desfile, sino para las acrobacias y danzas que transcurrían a medida que las modelos entraban y dejaban la pasarela. Hasta la música escogida no pudo haber sido mejor, aniñada, actual, fantasiosa y lúdica.

¿Podrán las casas de moda superar el Dior Dream Parade?


Fotos vía Dior, vogue

Por: Gisela Martino

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